Me llamo Beatriz Sanchís, padezco la enfermedad de Crohn desde el año 1990.

Recuerdo aquel día perfectamente, mi vida dio un giro bestial… Análisis, pruebas, diagnóstico y tratamiento. Brotes, ingresos hospitalarios, trasplantes de células madre y finalmente tratamiento con biológicos que, a fecha de hoy, no consigo superar; sus efectos secundarios tan invalidantes…

¿Pero se puede tener calidad de vida sin tomar tanto tratamiento con sus consecuentes efectos secundarios?. Fatiga crónica, depresión, anemias…

La primera vez que oí hablar del cannabis, reconozco que era muy reacia a ello, pero cuando una persona enferma de más de veinte años de evolución toca fondo en su vida, se aferra a cualquier alternativa, ya sea natural o no reconocida legalmente en nuestro país, por puros intereses farmacéuticos.

Y es que en el momento probé esta maravillosa planta que nos ha dado la Naturaleza noté un alivio casi inmediato de mis dolores que me producía mi enfermedad, , no solo articulares, si no que los espasmos intestinales y las diarreas iban dando paso a unas ganas de volver a vivir la vida y, aunque la enfermedad sigue ahí, desde que inicié un tratamiento con cannabis medicinal está más tranquila y controlada, eso sí, bajo supervisión médica y con aceites y cremas que palían mis dolencias y me relajan mi intestino.