Arantxa Sáez
Arantxa Sáez
Hola mi nombre es Arantxa Sáez. Soy de Madrid, y hace 15 años que fui operada en el Hospital Clínico San Carlos, de un Carcinoma Papilar de Tiroides (T4N1Mx).
Mi historia comienza a los 15 años con una subida de peso importante tras meses de acudir a mi médico sin resultados con las dietas que me pautaba, decide enviarme al ginecólogo. Descartada cualquier patología de su especialidad me propone ir al endocrino, y allí comienza mi historia.
Me detectan un bocio multinodular, “enfermedad de Hashimoto”. Soy operada y tras esa cirugía quedo con un Hipoparatiroidismo Postquirúrgico Permanente, secuela limitante y de difícil control. Un reto diario, y que poco a poco durante esto años, se ha ido visibilizando y apoyando por la investigación, aunque aún no tenemos tratamiento. Recibo mi primera dosis de Yodo Radioactivo ese mismo año.
A los cuatro años vuelvo a pasar por quirófano porque se detecta un resto en el cuello, una recidiva local, que logran eliminar, pero quedo con una parálisis de cuerdas vocales permanente, que necesita rehabilitación durante meses, recibo mi segunda dosis de yodo y tras varios controles a los 4 años, logro por fin controles negativos, a día de hoy sigo en vigilancia cada 6 meses.
Digamos que ese fue mi proceso hospitalario al que agradezco y valoro el trabajo conjunto, la rapidez de acción entre equipos y la información que me fueron dando. Si algo he aprendido, es que un paciente que conoce su enfermedad, la sobrelleva mejor y a la larga mejora su bienestar.
En 2005 di los primeros pasos en Aiccat, ahora AECAT Asociación Española de Cáncer de Tiroides, sin ellos hubiera sido todo más difícil, ya que el médico me decía los pasos a seguir pero ellos me contaban como pacientes como seria, así que no tuve miedo, ni dudas en ningún momento. Me sentí acompañada y arropada, el no tener miedo, te hace enfrentar las cosas de otra manera. Esa sensación de control, ayuda a sobrellevar los tratamientos y procedimientos. El tener un igual, que sabe a lo que te enfrentas y compartirlo, ayuda, calma. Y en esos momentos es lo que más valoras.
De aquellas personas quedan muchas a mi lado, hoy grandes amigos, otras se han ido y ha sido complicado encajar que el cáncer de tiroides mata, que no es un buen cáncer, que es el que elegiría alguien.
Yo jamás elegiría ningún cáncer; todos los cáncer, son un cáncer. No hay cáncer bueno.
Mentalmente soy una persona positiva, alegre, fuerte y que vivo la vida AHORA.
Desde 2001 he tenido mucho que pelear, pero también he aprendido mucho. Valoro la solidaridad entre pacientes y sé que somos ese bastón que hace falta, en este camino de la enfermedad, aunque a veces te sientas solo, yo siempre he procurado buscar a mis iguales. Lo más duro sin duda padecer las secuelas, en mi caso dos complicaciones que alteran mi rutina y mi vida diaria, a las que tuve que aprender hacerlas frente y que sin el apoyo de otros pacientes, no sé, como lo hubiera logrado.
Mi consejo es que si te detectan una enfermedad, sea la que sea, que implica cambios en tu rutina diaria, y que afectara a tu presente y futuro, como a tu entorno, busca a un igual, encuentra una asociación. Porque la información nos da poder, nos hace tomar las riendas y poder comunicarnos con nuestros profesionales sanitarios, sin temor.
Las buenas palabras y las buenas personas, también curan.