Mi nombre es Antonio Benavente soy de Ronda, antes de contar mi historia me gustaría comentar que hago atletismo hace muchos años, (superé una obesidad en una etapa anterior de mi vida) y ello me ayudó a recuperarme, por otro lado cabe mencionar que he pasado un total de 5 intervenciones quirúrgicas a nivel intestinal.

Hace tres años en 2015 tras una inflamación aguda abdominal y unos vómitos muy frecuentes que se acrecentaban e iban a peor, mis padres deciden llevarme a urgencias del hospital. Tras acudir 3 o 4 veces siempre me decían que era un virus gastrointestinal, que no ocurría nada, me paraban los vómitos, hasta que la última vez que entré por urgencias iba en un avanzado estado de desnutrición y deshidratación debido a los vómitos. No me daban solución, hasta que decidieron dejarme en observación 24 horas y colocarme una sonda gástrica. Tras hacerme un TAC y varias pruebas, pudieron ver que tenía una grave obstrucción intestinal en estado de descomposición y oclusión avanzado. Rápidamente me meten en el quirófano, mi vida estaba en alto de riesgo de peligro debido a la infección tan enorme que tenía en el vientre. Tras la intervención y la subida a planta a los pocos días, aún ingresado, comienzo a sufrir fiebre y una recuperación anormal de la intervención quirúrgica, lo que desembocó en una nueva obstrucción intestinal para sorpresa de los médicos, que de nuevo de urgencias me bajan a quirófanos, esta vez no corrí la misma suerte, me extirpan 2 metros de intestino delgado y 20 centímetros de intestino grueso (colon). Debido a que estuve mucho tiempo en el quirófano y a la pérdida de sangre, los médicos deciden subirme a la planta de UCI para tenerme más vigilado sedado, entubado con drenajes y morfina para los dolores venideros. A las 24-48 horas, me suben a planta, donde comencé a recuperarme de esa pesadilla que, aún a día de hoy, trato de superar a nivel psicológico.

Fue una recuperación dolorosa y lo más sorprendente que el cirujano me comentó era que ya solo podría correr  7 u 8 kilómetros y muy despacio, aquello me dejó hundido. A los 19 días recibo el alta y quedo sorprendido ya que no podía caminar más de 100 metros, acostumbrado como estaba a correr 15 y 20 kilómetros, perdí más de 10 kilos y mucha masa muscular y tuve que “aprender a caminar” nuevamente. Poco a poco, con mucho dolor y esfuerzo, y mucha lucha comencé a caminar, luego, trotar y finalmente correr.

Actualmente me han quedado secuelas complicadas de llevar, pero estoy vivo y no corro 8 kilómetros, hago 15 o 20 o lo que mis piernas me dicten. Gracias a mi salvador y amigo el Dr. Daniel Palomo Torrero y a su equipo y a la unidad de cirugía del Hospital comarcal de Ronda.  #treadingfear

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