Todo empezó hace unos veinte o veinticinco años, cuando tengo una incontinencia urinaria donde no puedo retener y necesito ir al servicio y tengo que ir ya, en cuanto bebo un poco de agua, tengo que ir al servicio, entonces empiezas a darte cuenta que esto no es normal, que algo pasa, entonces me derivan al especialista, al urólogo. Empiezan a hacerme pruebas y más pruebas, a ver qué pasa y, al mismo tiempo empiezo a tener una incontinencia anal. Ya no solo es que no pueda retener el pis, sino es que también no puedes retener las cacas. Te preguntas que pasa, con lo joven que soy, porqué me pasa esto. Cuando lo cuentas, todo el mundo te dice que es por los partos, pero en mi caso no era así, fue antes de dar a luz a mis hijos, antes ya tenía ese problema. Cuando salía de casa, siempre tenía que pensar donde iba, y si había un baño cerca, porque cuando me entraban las ganas de ir al servicio, tenía que ir ya, no podía esperar.

Me hacen pruebas y más pruebas y me dicen que parece ser, en algún momento, que puede ser una enfermedad desmielinizante, los que todos conocemos como una esclerosis múltiple,  todavía sigo en estudio porque no me lo han llegado a diagnosticar nunca. Ha habido algún foco o algo pasó, que sí, que me tocó, me dañó, pero no como para diagnosticar la enfermedad, aunque me sigan revisando. Me llevan a neurología, por si el problema pertenece a lado neurológico, me hacen más pruebas, me hacen resonancias, para encontrar más pruebas del porqué me pasa esto, pero yo sigo con mi incontinencia, tanto urinaria como anal.

Es un problema, tener que salir de casa, pensando donde vas a ir, llevar ropa de cambio, pensar donde hay un baño, qué es lo que me va a pasar, si voy a poder ir al servicio rápidamente… un problema.

Hace un año, mi marido escuchó la radio y me dijo que había oído que había una charla en una asociación de incontinencia anal ASIA. Pues me dije... "ahí que voy", porque yo seguía buscando sobre cuál era mi problema y dónde estaba mi solución.