Ana Maria Vazquez
Ana Maria Vazquez
Todo comenzó el 19 de marzo de 2016, tras mi cita con mi médica, mi mentalidad cambió, en aquel entonces estaba pasando por uno de los peores momentos de mi vida, hacía dos meses que mi abuela había fallecido, abandoné los estudios y me sentía en un pozo sin salida, era pura negatividad la que me rodeaba, nada me motivaba y los días pasaban a cuál peor.
En aquel entonces mi peso era de un poco más de 75 kg, con una altura de 1,54, toda mi vida había sido gordita, nunca había visto reflejada en la báscula que estuviese dentro de mi peso favorable. Hasta que llegó en ese 19 de marzo, la noticia de mi médica, que me decía que tenía bastante mal los resultados de las analíticas, las cuáles reflejaban claramente el colesterol y los triglicéridos bastantes altos. Recuerdo que salí de la consulta aguantando las lágrimas, aquello ya era la gota que colmó el vaso, en aquél mal comienzo de año.
Recuerdo que aquél día ni comí, era tal la desmotivación y me sentía tan mal conmigo misma que ni me entraba la comida. Fue en ese momento cuando decidí cambiar mi vida, era la forma perfecta de intentar pensar y centrarme en algo, y hacer que mi abuela, desde el cielo, se sintiese orgullosa de mí. Ese mismo día comencé la vida sana, me propuse dejar todo aquello que no era bueno ni para perder peso ni para la salud, decidí comer sano y andar tres días por semana durante una hora, mi recorrido era desde mi casa hasta el cementerio, donde allí me sentaba cada día frente a la lápida de mi difunta abuela y me ponía a llorar, una vez desahogada volvía a casa.
Así pasaron varios meses, la báscula bajaba poco a poco, 2 kilos al mes para ser exactos, no tenía prisa, prefería hacer las cosas despacito pero sin pausa, cada día me motivaba más el salir a andar, lo cual me ayudaba a ver la vida un poco menos mala.
LLegó un momento en que se me hizo pesado aquel recorrido, tanto por que entré en rutina como porque, el ir a visitar a mi abuela, se me hacía cada vez más duro, entonces decidí cambiar de ruta, y bajé de 3 días a 2 el andar y comencé con clases de zumba.
Así pasaron los meses, cada día más contenta con seguir teniendo la fuerza de voluntad y constancia para llevar mi rutina de ejercicio, mas aquella dieta que al final se me hizo como estilo de vida, no necesitaba que nadie me dijera que debía comer, simplemente me centré en comer sano y listo. A los 6 meses había perdido 15 kilos, y hay me di cuenta que yo misma estaba cambiando y ya no solo porque la ropa me quedase grande, sino por que empecé a sentir más confianza en mí misma, confianza que nunca había pensado tener, comencé a darme a conocer , a darme a valer, lo cual hizo que mi vida cambiase de golpe, gracias a eso, logré destacar y tuve mi primer contrato laboral, lo cual me hizo volverme cada día más independiente psicológicamente. Al año de comenzar mi vida sana, había logrado llegar a los 30 kilos perdidos, me quedé en 48, pero me di cuenta que no me bastaba, que el estar tan delgada no me gustaba como creía, me sentía débil, sin fuerza, y yo necesitaba cambiar aquello.
Fue entonces cuando en verano decidí empezar a entrenar musculatura, quería sentirme independiente físicamente, recuperar la fuerza que había perdido, y así fue como a las pocas semanas de comenzar a entrenar me enamoré de todo lo relacionado con las pesas. Desde aquel entonces me empecé a conocer a mí misma, me di cuenta de lo que realmente me apasionaba y a lo que, en un futuro, quería dedicarme, aprendí que la palabra IMPOSIBLE no existe, que todo lo que una se proponga lo consigue, y aquí estoy , hoy en día , feliz con mi vida, miro atrás y no me reconozco a mí misma, y no solo por la imagen que se refleja en un espejo, sino por la mentalidad, mi vida ha cambiado tanto desde aquel 19 de marzo que yo misma ni me lo creo. Hoy soy una mujer nueva, más madura, con cada día más sueños, más objetivos y metas, que me pongo tanto a diario, como de futuro.
Me siento capaz de todo, con ganas de comerme el mundo, me levanto cada mañana con miles de planes para el día, he pasado de ser una persona sin vida, sin sueños, a ser alguien que lucha por todo aquello que quiere, porque el haber sido capaz de perder 30 kilos, me ha hecho sentirme capaz de todo y más.
Historia vista en historias extraordinarias de intersport: http://www.historiasextraordinarias.es/historias.php?cid=1
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