Un infarto agudo no te da muchas opciones para afrontarlo, simplemente sucede. Yo estaba junto a dos de mis hijos, uno de 13 años y otra de apenas 11 meses, cuando me sobrevino un terrible dolor de pecho y mala gana, que identifiqué con un ataque de ansiedad o una gastroenteritis. Gracias a la ayuda de las asistencias médicas y el buen hacer de mucha gente, en apenas una hora y media estaba en la UCI, tranquilo y sin dolor alguno, pero muy cansado.

Tras conocer mi diagnóstico dispuse de 48 horas en una sala yo sólo, con las escasas visitas que permite el protocolo para reflexionar sobre por qué estaba en esa situación, y de cómo iba a afrontar desde ese momento el resto de mi vida. Te planteas muchísimas preguntas, sobre todo ¿por qué a mi?, pero te das cuenta que no son las preguntas adecuadas, porque las respuestas son muy sencillas. Entonces piensas en ¿qué viene ahora? y ahí sí se abre un paraíso de opciones. Decidí empezar por cumplir uno de mis sueños, que era escribir un libro, algo que siempre había querido pero me había negado a dedicarme tiempo para hacerlo.

Ahora, desde mi óptica de paciente experto , y tras publicarlo, puedo decir que fue la mejor idea que he tenido de momento, ya que sé que está ayudando a mucha gente y es un motivo de orgullo. El libro se llama ''48 horas conmigo'' (bubok.es) y animo a quien quiera leerlo a que conecte conmigo a través de la redes sociales y comparta su opinión. Además de esto, que fue una gran auto ayuda (escribir como medicina) decidí solicitar mucha ayuda externa para superar las dudas que surgían (médicos, psicólogos, personas maravillosas que curan). Gracias a todo esto hoy soy y estoy mejor, Y mi corazón está más fuerte que hace 2 años.