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Aldo Bravo, Malformación anorrectal, Fuera de España, Peru.

Malformación anorrectal

"Ayudando a muchos hermanos ostomizados que necesitan una palabra de aliento"

Aldo Bravo

Aldo Bravo

Imagen de perfil de Aldo Bravo, Malformación anorrectal, Fuera de España, Peru

Nací el 12 de octubre de 1968 en la clínica Hogar de la Madre en el distrito de Miraflores en Lima Perú a las 6:45 de la mañana. Los doctores vieron que tenía una malformación anorrectal, inmediatamente fui traslado al ex Hospital del Niño o Instituto del Niño, dijeron a mi padre los doctores que debía ser operado dentro de las 72 horas, ya que era una operación de muy alto riesgo y 48 horas era el tiempo que podía vivir.

El día 15 de octubre me operaron, me abrieron el abdomen para realizarme el ano, tenía problema en la uretra y la vejiga, por eso tenía cólicos renales y solamente podía esperar las 48 horas.

Pasé las 48 horas y se esperó unos días para ver como reaccionaba a la operación, pasó una semana y se asombraron de que la operación fuera un éxito y fue un milagro, ya que la malformación ano rectal era alta y soy de los primeros sobrevivientes en el Perú y en el mundo.

Salí del hospital el 24 de diciembre y por primera vez estuve en los brazos de mi madre, me bautizaron en la capilla del hospital.

Cuando tenía 2 años me dio una anemia muy fuerte y me hicieron transfusión de sangre, además, tenía una pierna más gordita que la otra y pensaba que tenía polio pero no fue así, eran las secuelas que tenía y también tenía el sacro desviado y un solo riñón, eran consecuencia de la malformación

Siempre me daban cólicos renales, con fiebre de 40 grados y escalofríos y me llevaban de emergencia al hospital, ahora ya no tengo los cólicos renales pero si tengo que cuidarme del riñón.

Fue muy dura mi infancia, tenía que está con pañales, jugaba con mis amigos de mi edad y tenía que cuidarme siempre, mis padres tenían que llevarme al hospital para mis controles, mi madre me cuidaba mucho, no quería que me hiciera daño, ya que era una época que no había información y era un tabú. A los 5 años me operaron nuevamente ya que el abdomen se me inflamaba y en la noche bajaba, entonces el doctor dijo a mis padres que tenía cerrar el primer ano y hacerme otro, salió muy bien la operación pero tenía incontinencia. Mis hermanas me enseñaba las letras y mi papá me llevaba al estadio y de ahí comencé a aprender los números porque no iba al colegio, por el temor de ser burlado.

En 1977 ingresé en el colegio, junto con mi hermano, me enseñó una profesora que sabía mi caso y me cuidaba mucho, aprendí a leer y escribir y me defendía porque mis padres querían que solamente tuviera primaria, pero vieron mi avance, terminé entre los cinco mejores alumnos, pero en mi salón, nunca tuve un diploma, pero mis padres me dijeron..., "no importa el diploma, tu desempeño y superación lo más importante".

En 1982 fui operado nuevamente de los testículos, ya que lo tenía arriba, solamente me bajaron uno y el otro desapareció, por eso no tengo hijos.

Estudié secundaria, también salí entre los mejores alumnos, pero siempre sentí discriminación, me dolía mucho y algunos se burlaban, hasta me pegaban, me decían que era un inepto y que no era nada en la vida, pero yo no me dejé vencer, al contrario, mi padre Dios me daba fuerza y dentro de mí escuchaba... "tú eres muy importante para mí y estoy siempre contigo", me enseñaba a orar.

En 1983 me operaron del pie, ya que tenía acotamiento y usaba zapatos ortopédicos dos veces fui operado.

En 1986 el 2 de junio me operaron otra vez, me hicieron la colostomía, era muy fuerte para mi tener parte de mi colon afuera de mi abdomen, me acuerdo que no tenía fuerza para caminar y gateaba y me volvió la anemia muy fuerte, tenían que ayudarme para pararme, las piernas no me respondían, poco a poco fui recuperando mis fuerzas y salí de la clínica San Juan de Dios el 14 de junio en el cumpleaños de mi mamá, pero siempre tenía problemas, ya que no tenía control y las heces salía por el ostoma y el ano.

En 1987 ingresé a la Universidad estudié contabilidad. 

Era muy fuerte para mí, no tenía información lo que era la colostomía, ideológicamente me sentía mal, a veces se salía la bolsa y salía un dolor fuerte, así estuve 7 años, sin conocer a nadie, utilicé un dispositivo de aluminio en forma de una placa, ponía la bolsa y la amarraba con ligas, así estuve como 4 años, muchas veces lastimándome la piel. Cuando me iba a la playa, me iba con mi familia, nunca tuve viaje de promoción ni paseaba con amigos por el temor de la bolsa.

En 1993 me llevaron a una reunión de ostomizados, me dio una gran sorpresa que en el auditorio hubiera más de 200 ostomizados como yo, que siempre pensaba que estaba sólo. Me acuerdo de la señora enfermera, que siempre le agradeceré su ayuda, me ayudó mucho, principalmente en la irritación y también el devolverme la confianza de que no estaba sólo. Muchos amigos ostomizados me ayudaron, poco a poco, tuve mucha confianza en mí mismo, comencé a trabajar e invitar a mis padres a comer a la calle, se ponían contentos.

"Apoyo y aliento para que no se sientan solos"

Foto de la historia de salud de Aldo Bravo, Malformación anorrectal, Fuera de España, Peru

En 1993 se formó el club de ostomizados en el hospital Almenara, donde conocí al primer ostomizado en mi país que vivió 50 años con su colostomia, me enseñó bastante, fue un apoyo muy importante en mi vida, siempre íbamos a ayudar a los que habían hecho la colostomia como apoyo de aliento para que no se sintieran solos. Gracias amigo Darío Díaz, ahora goza de la gloria del señor. En ese mismo año me hicieron una fisura artificial pero no funcionó, ya que tuve mucho problema y las heces se atascaban y me dolía mucho.

Al año siguiente me operaron y me cerraron atrás, quedándome con la colostomía definitiva. Ahora estoy más tranquilo. 

En el año 2001 tuve mi primer contacto con ostomizados en España, ya que hubo un chat para ostomizados, además fui el primer latinoamericano que me había conectado y además mi padrino de confirmación, el  padre Joaquín de la orden Dominica y español, me ayudó con donaciones de bolsas. También ayuda a la asociación de ostomizados en mi país.

En octubre del 2007 me dio un virus de guillian barre y tenía que ser internado de emergencia en el hospital Loayza, dos veces me caí de espalda, yo pensaba que mi vida ahí terminaba, pero otro milagro, en octubre nuevamente, escuché una voz de interior que me decía... "todavía no voy a llamar porque tienes que ayudar a muchos hermanitos que necesitan de ti, te vas recuperar".

El virus de guillian barre me paralizó los miembros superiores e inferiores, sentí que me quemaba dentro de las piernas y mis músculos no me respondían, así, como ingreso el virus también salió, pero iba dejarme secuelas y solamente iba a recuperar con terapias que sigo hasta el día hoy sigo.

Entonces comencé a dar consejos a muchos hermanos ostomizados, uno de ellos me envióa una solicitud de amistad de una asociación de ayuda para ostomizados en Kenia, eran niños que nacieron como yo y cuando lee escribí se pusieron muy contentos.

El año 2010 fui muy duro para mí, cuando llamaron del hospital me dijeron que mi padre falleció, hasta el día de hoy es muy difícil superar.

En el año 2014 fue de mucha alegría para mí cuando hice una exposición y me gradué como profesional, fue una emoción muy grande, lloré de emoción porque no me imaginaba hasta donde podía llegar, abracé a mi madre y le dije... "esta alegría es para ti por todo lo que hiciste para que salga adelante".

En 2016 ingrese en una página de bebés con ano perforado, entonces dije esta es mi historia, y comencé a escribir mi historia de vida, en menos de un minuto tuve muchos comentarios, se asombraron como una persona mayor vive y que ha dado una esperanza de vida a que sus hijos puedan salir adelante.

En este año, en julio, fue una emoción, después de buscarlo para saber lo que me pasó, me encontré con el doctor que me operó cuando nací y me explicó el motivo de la operación, muy pronto vamos ayudar a muchos padres.

Te doy gracias señor por seguir haciendo tu misión, ayudando a muchos hermanitos ostomizados que necesitan una palabra de aliento, a mi papá desde arriba que me sigue ayudando y a mi madre que está junto a mí,  a mis hermanos que siempre me apoyan, a las enfermeras y doctores que me ayudaron a salir adelante y a todos mis hermanos ostomizados de América, Europa, Asia, África y Oceanía.

Dios los bendiga.

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